La multitud inteligente es un fenómeno que Howard Rheingold desarrolla en su libro “Smart mobs”. Según cita el autor textualmente, el concepto es un indicador de la evolución de las tecnologías de comunicación y son estas las que les otorgan poderes a las personas. Esta multitud inteligente se produce a raíz del gran desarrollo e innovación en el campo tecnológico que permiten al campo de la comunicación ir más allá de la habilidad humana.
Durante los 8 capítulos de que consta el libro, Rheingold trata como tema central Internet en su sentido más amplio, incluyendo chats, blogs, etc… También forman parte del libro los métodos inalámbricos de comunicación, como teléfonos móviles o PDAs.
A partir del binomio tecnología-Internet las informaciones llegan a un gran número de gente y eso es, en parte, gracias a la colaboración de la gente que forma parte de lo que el autor llama multitud inteligente. De tal manera, esta multitud amplia sus conocimientos gracias a otras informaciones, que también comunican otros usuarios a través de Internet de forma espontánea. La tecnología permite expandir conocimientos y capacidad de análisis y contrastes ante un imprevisto y cooperar entre todos los que pertenecen a esta multitud inteligente.
Más allá de la teoria del libro, el autor propone ejemplos prácticos y casos particulares, como la posibilidad de implantar Internet gratuito por WiFi en España que ayudaría a expandir esta multitud inteligente.
El autor nos habla del conflicto entre el poder y el usuario de Internet que es a la vez creador de contenidos, ya que resulta peligroso para las autoridades al no ser posible un control de rigurosidad de aquello que se dice, así como la posible manipulación de información por parte del usuario.
Es por eso que Rheingold dice que la tecnología sirve para difundir información positiva para la sociedad y evolucionar pero, lamentablemente, también llega a grupos sociales que atentan contra la sociedad, como puede ser la coordinación de ataques terroristas.
A su vez, las autoridades también temen el gran poder de convocatoria que tienen las nuevas tecnologías como se vio en la multitudinaria manifestación de rechazo al 11-M en las principales ciudades españolas, ya que fue convocada vía mail y vía móvil. Howard Rheingold lo llama “nuevo medio de organización social, cultural y política”.
De esta manera el autor deja abierta la posibilidad de que en un futuro la tecnología domine absolutamente todos los ámbitos cotidianos de los ciudadanos (próxima revolución social) pero, a su vez, se pregunta si los usuarios serán meros consumidores de aquello que se les imponga desde los altos cargos (era radio) o si serán creadores de contenidos de forma activa.
Andar por Berlín siempre es una gozada. La capital alemana contiene historia a raudales y de ella se deriva una riqueza cultural que muchas ciudades europeas ya quisieran para sí.
La grandeza de Berlín reside en la gran conservación de sus símbolos históricos. A pesar de los múltiples bombardeos que ha sufrido la ciudad durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, resulta imperceptible para el ojo humano observar una ruina o un destrozo, debido a la gran tarea de reconstrucción y restauración de todos sus centros neurálgicos.
Aunque ya hace 11 años que el muro de Berlín (visita obligada) fue derribado, en la ciudad todavía persiste la separación entre el este y el oeste. De esta manera, en el este de la ciudad, lo que era la parte comunista, abundan edificios grises, con poco color y muy parecidos entre sí. De todas formas en esta parte de la ciudad es donde se concentra la gente joven que se ve atraída por la juerga nocturna y los abundantes bares. En la zona oeste, los precios son más elevados pero su arquitectura de casas bajas suele atraer más al turista.
En estas grandes diferencias reside gran parte de la riqueza cultural de la ciudad, sin olvidar tampoco el famoso Barrio Turco, donde reside el gran número de inmigrantes de la ciudad procedentes de Turquía.
Berlín es una ciudad que hay que callejearla y observar cada uno de sus detalles, pues no sabes donde te toparás con algún monumento o museo de interés.
Así pues, no es de extrañar que dos grandes festivales del mundo de la cultura como el Festival Internacional de Cine de Berlín y el Festival Internacional de Literatura de Berlín, hayan escogido como sede esta fantástica ciudad.
La capital alemana es mucho más que la Puerta de Brandenburgo. Berlín es arte, cultura, historia y sentimiento. Sin ser alemán, cualquier persona de a pie, puede percibir el sufrimiento de una ciudad martirizada durante muchos años.
Como consecuencia de ello, podemos visitar sitios tan interesantes como el Museo Judío, búnkeres usados durante la Segunda Guerra Mundial o el Memorial del Holocausto, que pone los pelos de punta y donde yacen 2.711 bloques de hormigón puestos en filas a diferentes alturas, que simbolizan las tumbas de tantos y tantos judíos asesinados en esa ciudad.
Además, Berlín es el centro neurálgico de la política alemana siendo posible visitar el Bundestag o Parlamento Alemán, de forma gratuita que permite disfrutar de su cúpula y de las vistas de esta gran ciudad alemana.
Ya no resulta descabellado ver a gente con pocos recursos haciendo uso de la tecnología. El mayor avance tecnológico de los últimos tiempos y, probablemente de la historia, ha sido Internet. Este medio de comunicación global se inventó con el propósito de conectar a varios ordenadores norteamericanos durante la Guerra Fría. Pocos podían esperar la rápida expansión y transformación de un invento que cambió el mundo y que se estima cuenta con más de 2.000 millones de usuarios a día de hoy. Las ventajas de Internet son muchas, pero los inconvenientes también llenan páginas de diarios y dan dolores de cabeza a muchas personas. La posesión de datos ajenos por hackers de la red, la falsificación de datos bancarios, el robo y uso de la privacidad de mucha gente en redes sociales o la tergiversación y falsedad de las informaciones son algunos de estos problemas.
La convivencia entre Internet y cultura también ha proporcionado más de un disgusto a los artistas, aunque ellos también utilizan esta plataforma como método de promoción.
El problema de las descargas
Uno de los usos históricos que ha tenido Internet son las descargas de música y cine de forma gratuita y, en consecuencia, ilegal. Las descargas de material protegido de la red han causado mucha controversia entre el binomio artista-sociedad. El artista vela por sus derechos y reclama la posesión de sus obras, mediante el pago del material descargado de Internet, mientras que la gente hace uso del material cultural en páginas web de descarga gratuita. Los programas para descargar material audiovisual más exitosos en España son Vuze, Emule y Ares.
El nacimiento de la SGAE
Con el fin de satisfacer los derechos de los artistas, se fundó en 1941, la Sociedad General de Autores de España, que en 1995 pasó a englobar a editores y cambió su nombre para pasar a llamarse Sociedad General de Autores y Editores, conocido popularmente como SGAE.
Actualmente, esta asociación ha sido declarada como la más odiada de España, por delante de Hacienda y, este odio, en parte, es debido a la política de esta entidad contra las descargas de Internet. La gente considera a la gente de la SGAE como unos meros ladrones que se dedican a lucrarse a costa de los artistas. Más que protegerlos buscan la forma de beneficiarse de ellos. Hay quién va más allá y considera que el Gobierno Español también recibe un porcentaje de lo que recaudan. En esta clave se han creado múltiples plataformas de repulsa o burla.
Hay diversidad de ejemplos por lo que la gente protesta, ya sea el anuncio antes de visionar un DVD con el lema “La piratería es delito” o la advertencia, antes de ver un film en el cine, en la que se avisa que la piratería es un delito grave penado con cárcel. Estas campañas publicitarias son muy mal vistas por la gente de a píe, que utiliza el sistema de las descargas gratuitas para huir del precio del material cultural, el cual consideran abusivo y desproporcionado.
Ley de Economia Sostenible
Con el objetivo de paliar todo este conflicto, el gobierno decidió crear la ley anti-descargas, que forma parte de la Ley de Economía Sostenible, aprobada por el Consejo de Ministros reunido en Sevilla, el 19 de marzo. Esta ley, conocida popularmente como la Ley Sinde, (en referencia a la Ministra de Cultura Ángeles Gonzalez-Sinde) ha causado una gran repulsa entre muchos de los cibernautas, ya que especifica que cualquier web que promueva las descargas de material protegido, será cerrada sin previo aviso y sin orden judicial.
La propia ministra de Cultura, Ángeles González Sinde,comentó a las puertas del Congreso una vez aprobada la ley, que esta sólo pretende sancionar a los que vulneran los derechos de autor de los artistas y que en ningún caso se pretende coartar la libertad de expresión de los usuarios de Internet.
El hecho de que el órgano judicial no interviniera, hizo que esta ley fuera rechazada entre la mayoría de los cibernautas, ya que, ellos, lo veían como un fenómeno de censura, de retroceso en el tiempo y exigían que la cultura circulara de forma libre para enriquecer a la sociedad.
Ante tal rechazo, el Gobierno introdujo a la justicia dentro de esta ley. De esta manera, cuando un particular denunciara a una web ante una Comisión de Propiedad Intelectual, se procedería a investigar si realmente existía una vulneración de la ley. En caso de ser así, esta comisión avisaría al dueño del enlace para que procediera a la supresión de los elementos ilegales. En caso de no cumplir, el proceso llegaría a la Audiencia Nacional que decidiría sobre si es preciso cerrar la página web en un término máximo de 4 días, hecho que también ha creado mucha controversia entre los cibernautas, por ser un periodo que estiman insuficiente. Según cálculos del Gobierno, esta ley reducirá en un 70% el índice de piratería español.
En definitiva, el que pretenda lucrarse a costa de otros, ya sea promoviendo descargas ilegales o incluyendo publicidad en sus páginas web, será sancionado, eso sí, con previo aviso. Se estima, según un estudio de la Coalición de Creadores, que en España, los creadores de webs de este tipo, obtienen unos ingresos estimados que van de los 20.000 a los 50.000 euros al mes.
La particularidad del caso, es que esta ley pretende sancionar al proveedor del contenido cultural, mientras que la persona que hace uso de la descarga queda impune. Esta situación es particular, porque en otros países de la Unión Europea el cibernauta es sancionado a la par que el proveedor, con multas económicas o cortes en su conexión a Internet.
El país más estricto en este sentido es Francia, con una política agresiva comandada por Nicolás Sarkozy, que la sociedad francesa rechaza de forma mayoritaria. Los cibernautas que descargan contenido “pirata” son avisados 2 veces, si reinciden una vez más se les impide el acceso a la red por 3 meses y se les obliga a seguir pagando su cuota. En este caso también hubieron protestas masivas y movimientos esporádicos y espontáneos en la red que se hacían eco de la información y, en muchos casos, ironizaban con ella.
Un ejemplo claro, lo encontramos en la demanda que el grupo musical MGMT vertió sobre Nicolás Sarkozy por utilizar una de sus canciones durante un congreso nacional, celebrado en Francia, en enero del 2009. En la fotografía se ironiza con las medidas tomadas por Sarkozy para eradicar la piratería y con el hecho de que fuera demandado por el grupo MGMT.
El tema de las descargas está a la orden del día y ya son muchos los países que están endureciendo sus leyes para penar a todos aquellos que cometan ilegalidades. El siguiente será Obama que ya está ideando un plan eficaz para combatir a este fenómeno.
Todo este conflicto tiene un objetivo claramente marcado desde el inicio que es el de paliar las enormes deudas de las industrias culturales más potentes de España: el cine, la música y los videojuegos.
La respuesta de los cibernautas
El problema del Gobierno y de la ley en sí reside en el rechazo mayoritario de la sociedad española, que ya avisado que utilizará métodos alternativos para seguir difundiendo todo tipo de material cultural. Ante tal revuelo, ya se han producido los primeros movimientos de la comunidad cibernética, que ya está recaudando firmas en contra de la normativa. Primero, con el cierre momentáneo de muchas webs que difunden contenidos de carácter cultural y, posteriormente, con la elaboración de un manifiesto llamado ‘En defensa de los derechos fundamentales en internet’ elaborado por los cibernautas, donde se exponen las razones por las cuales se niegan a aceptar esta ley. A su vez, también se han producido manifestaciones organizadas por Red Sostenible que han congregado a blogeros y cibernautas contrarios a la ley por diferentes ciudades españolas.
Entre los miles de personas que rechazan esta ley se encuentra David Bravo, entrevistado por La 2 Noticias. David es abogado especialista en propiedad intelectual en el mundo digital y uno de los activistas que más ha mostrado en público su rechazo a la Ley Sinde.
Las redes sociales también son otro de los puntos clave donde se palpa el rechazo a la ley anti-descarga. De esta manera, a día de hoy, más de 200.000 usuarios de Facebook forman parte del grupo “Somos más de 1.000.000 contra la ley anti-descargas, Sinde dimisión” donde se exponen alternativas para combatir lo que ellos llaman persecución cibernética.
Además, se estima que, ahora mismo, un total de 28.000 webs incluyen el lema “No al cierre de webs”. En su momento, webs tan famosas y reconocidas por los internautas españolas como CineTube o Peliculas Yonkis incorporaron esta frase a sus webs.
Por otro lado, un grupo de expertos en telecomunicación y Internet formó parte de un congreso celebrado en Málaga que tuvo por nombre La Ley de Internet y en el que el tema estrella fue, precisamente, la Ley Sinde. Como conclusiones, extrajeron que la maquinaria de Internet no se puede parar, debido al alto volumen de usuarios y que es muy difícil controlar su privacidad y, en consecuencia, regular una ley que agrade a todos por igual.
Veremos como termina una de las leyes que más ha rechazado la opinión pública y si se produce algún cambio en la misma, aunque, a buen seguro, no dejará a todos satisfechos. La revolución cibernética está servida.
Realmente es triste ver como un equipo que maravilla al mundo entero con su fútbol y su juego tiene como presidente a un hombre que más bien podría ocupar un cargo en el Palacio de la Generalitat o, en su defecto, en cualquier localidad del estadio que no fuera el palco. Me refiero a Joan Laporta, presidente del Barça.
En el 2010, el club que preside celebrará elecciones a la presidencia y, Laporta, por mucho que le pese, no podrá presentarse a la reelección, ya que ya ha agotado su mandato de 8 años estipulado en los Estatutos del club. Como consecuencia, ya ha afirmado que quiere dedicarse a la política, y, es por eso, que no duda en mostrar su marcada condición independentista en cualquier acto en el que se le invita por su condición de presidente blaugrana.
En este último año Laporta está utilizando al club como trampolín para ostentar un futuro cargo en la política catalana. No hace falta mayor argumento que el de citar a los lectores que Joan Laporta ya ostentó un cargo político en los años 90 colaborando en la creación del “Partit per la Independència”. Lo digo porque es un dato que no es muy conocido y que demuestra el gusto del presidente hacia la política.
Y yo me pregunto, ¿Joan Laporta seria invitado como protagonista principal en “Els Matins de Catalunya Radio” en el que dijo “Catalunya es una nación y Madrid una distribución administrativa ” si no fuera presidente del Barça?
Evidentemente no, pues Joan Laporta fue presentado en este magazine matinal como Presidente del Barça.
Señor Laporta, ¿Por qué no se dedica a disfrutar del buen juego que despliega su equipo y actúa como cualquier otro presidente de fútbol?
Yo todavía me pregunto por qué Laporta decidió presentarse a las elecciones para presidente del Barça en el 2003 pudiendo presentarse a las de Presidente de la Generalitat del 2002, pues estoy convencido que, con lo que disfruta Joan Laporta haciendo política, hubiera conseguido el triplete en forma de Estatut y otros títulos.
Meritxell Huertas tiene 37 años y nació en Barcelona. A los 12 años empezó a hacer teatro en la escuela y a los 21 estudió interpretación en la escuela de teatro Nancy Tuñon. Mientras estudiaba Filologia Catalana en la Universidad de Barcelona decidió crear una compañía de magia, junto a un amigo, que se llamó “Mag Lari y Secundina”. Desde ese momento le dedicó mucho más tiempo a su faceta artística que a los estudios. De la magia pasó al teatro, formando parte de la compañía catalana La Cubana durante 11 años. Después de este largo periodo decidió pasar al mundo de la televisión, en el que se encuentra actualmente. Ha trabajado en los programas Saturday Night Live, La Tira o Aída y actualmente participa en El Club del Chiste. A su vez, también ha participado en la película Que se mueran los feos, la cual podemos encontrar actualmente en cartelera.
Buenas tardes Meritxell. A pesar de su juventud ya ostenta un largo recorrido en diferentes artes culturales. ¿Qué recuerda de sus inicios?
De mis inicios recuerdo lo duro que era hacer bolos de magia, en el Llantiol, llegamos a actuar sólo para dos personas... Como éramos dos y no teníamos presupuesto nos lo teníamos que montar todo nosotros, cargar y descargar el coche (un corsa lleno hasta los topes de trucos, de conejos, patos y palomas) conducir mil horas para llegar, actuar y volver a casa... era sacrificado, pero como era lo que nos gustaba lo hacíamos con gusto.
¿Qué le proporcionó a usted el mundo de la magia?
Me proporcionó muchas tablas. Gracias a esa época, ahora sé lo que es empezar desde abajo y sobre todo también pude ver que podía vivir de algo que era mi sueño hasta entonces: actuar.
¿Cuándo tomó la decisión de dejar la magia para pasarse al teatro y por qué lo hizo?
Acabé mis estudios de teatro y decidí mandar mi currículum a varias compañías teatrales para probar suerte, y la tuve. El primer casting que hice fue para entrar en La Cubana, y allí estuve durante 11 años.
Usted era una gran aficionada al teatro de La Cubana desde pequeña. ¿Alguna vez se imaginó que llegaría a actuar con ellos?
Cuando en el año 89 mi hermana me llevó a ver “Cómeme el coco Negro”, llegué a casa diciendo que yo quería hacer eso. Cuando en el 2007, el director me lo propuso me entró pánico porque tenía el montaje totalmente idealizado. Por suerte, el miedo se me fue pasando durante los ensayos y pude disfrutar cada noche durante casi 2 años que estuvimos en cartel.
¿Con qué se queda después de tanto tiempo haciendo teatro?
Me quedo con ganas de hacer más. Tengo “el mono”, como se le llama en el mundillo. También me quedo con 11 años de aprendizaje, no sólo de una profesión, sino también de una manera de vivir que me enganchó, la de “teatrero”, aunque ahora también estoy disfrutando de otro medio que es la televisión.
Después del teatro entró en el mundillo de la televisión. ¿Fue difícil el cambio de arte escénico?
Es un cambio muy radical. El teatro es inmediato y cada noche se produce un acto mágico e irrepetible. En cambio, la televisión te da mucho margen de repetir hasta que salga bien. Además, la repercusión de la televisión es algo muy a tener en cuenta, no para ser más famoso o menos, sino porque puedes llegar a mucha más gente de una manera muy fácil, entrando cada noche en el salón de su casa a través de la pantalla. Eso también tiene su magia.
Si tuviera que escoger entre teatro, cine y televisión…
Por ahora me quedo con tener trabajo, los tres medios me gustan y espero poder seguir aprendiendo televisión y cine para valorarlo mejor.
Ha tenido la oportunidad de compartir reparto con Javier Cámara, Hugo Silva, Carmen Machi. ¿Se aprende trabajando al lado de actores tan reconocidos como ellos?
Si, aprendí muchísimo. Fui al rodaje como una esponja. En los ratos libres, entre secuencias, me entretuve a hablar con los otros actores, precisamente sobre las diferencias entre actuar en un escenario o en una película. Fue un lujo para mí estrenarme en el cine del brazo de Javier Cámara, que estuvo todo el rodaje dándome consejos y haciéndome reír. El rodaje de la película fue muy distendido y fácil para mí.
Ahora mismo se encuentra trabajando en El Club del Chiste. ¿Qué le gustaría hacer cuando el programa acabe?
¡Que difícil! Quizás la versatilidad, la comicidad y la energía que pongo a la hora de trabajar.
¿Cómo ve el sector del cine y del teatro en el panorama español a día de hoy?
El tema de la crisis esta en todos los ámbitos. En este momento, el cine en España está paradísimo y en televisión arrancan proyectos cada dos por tres, pero es muy difícil que alguno logre mantenerse.
¿Cree que el gobierno ayuda lo suficiente para promover la cultura?
Desde luego que no. No se ayuda ni a creadores noveles, ni a formar compañías, ni a proporcionar trabajo a las ya existentes programando sus espectáculos.
Un deseo para el futuro…
Continuar actuando hasta los 65... ¡Ay no que ahora es a los 67!
Es por eso que Rheingold dice que la tecnología sirve para difundir información positiva para la sociedad y evolucionar pero, lamentablemente, también llega a grupos sociales que atentan contra la sociedad, como puede ser la coordinación de ataques terroristas.
